16 febrero, 2016

UNA DE PULGAS

Hoy toca de futbol, hoy toca del Barcelona, hoy toca de Messi.

En una actualidad saturada de balonpié a todas horas, la verdad es que resulta todo un mérito no diluirse, más allá de sobre salir. De unos años a la fecha, el deporte de las patadas se ha convertido para los hombres, lo que antaño las telenovelas eran para las mujeres: embrutecimiento cotidiano. Y aquí se vale ser crítico: los medios, léase en México principalmente Televisa, se dieron cuenta de que el negocio está en transmitir partidos de cualquier país a todas horas.
No en balde la estrategia de Sky ha sido acaparar los torneos más atractivos para capturar clientes fanáticos del soccer. La copa del mundo, la liga española y la inglesa han servido de anzuelo para que la gente contrate televisión de paga. Cantidad de canales transmiten partidos de todos lados y en todo momento. La verdad, qué manera de chotear un espectáculo que hace mucho dejó de ser deporte puro, para ahora ser puro negocio. ¿Dónde quedó el mérito deportivo? No importa; mejor te digo dónde está la lana, mucha lana.

Es en este escenario, con nuevos campeones cada tres meses por aquí y por allá, donde brilla con todo merecimiento un jugador excepcional: la pulga, Lionel Messi. Un tipo que atrae miradas por su actitud discreta y su juego espectacular. Uno de los pocos súper jugadores, si no es que el único, que nació en el mismo club que lo ha visto brillar en plenitud, algo muy raro en estos tiempos donde los futbolistas cambian de camiseta a cada rato guiados por el signo del dinero.

Y como gran protagonista de esta historia, la Pulga tiene a CR7 como su odiado antagonista. Cristiano cumple con todos los requisitos para ser el villano perfecto. Es lo opuesto totalmente a Messi: uno es alto, el otro chaparro. Uno es galán, el otro más bien discreto. Uno juega en el Barcelona, el otro, en el equipo archirrival, el Real Madrid. Los aficionados a este deporte somos suertudos por vivir y atestiguar esta rivalidad que de seguro trascenderá a los libros de historia del futbol mundial.

Que viva Messi y que viva CR7, que uno sin el otro no sería lo mismo.


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