SÁBADO DISTRITO FEDERAL

Con bombo y platillo, en mero puente constitucionalista (¿será coincidencia o casualidad?), y como para que la fecha cuaje bien, los alegres compadres, quiero decir el presidente y el jefe de gobierno capitalino, dieron su somera aprobación para hacer oficial la bienvenida a la Ciudad de México y mandar a calacas al Distrito Federal.

Según entiendo, esta novedad nos va a beneficiar a todos los chilangos porque ahora somos la entidad, que no estado, número 32. Tendremos nuestra propia constitución, una asamblea constituyente con montones de diputados y, lo mejor de todo, las delegaciones se convertirán en demarcaciones territoriales con alcaldes y concejales prestos a echar grilla y divertir a los ciudadanos que, si no vemos progreso en nuestras colonias, por lo menos tendremos más motivos para hacer memes.

Y con tanto alboroto, a nadie se le ocurrió usar como bandera justiciera la canción de Chava Flores a manera de demanda popular. Ya que nos despojaron de la breve denominación defeña, también sería justo acabar con los males que el cantor desde aquella época señalaba: necesitamos lugar dónde parar el coche, sin necesidad de los valets y viene-vienes que lo tratan a uno como si no supiera manejar. No más burocracia con sus cuetes desde las dos en la cantina, p’arreglar el trato, el moche y la vendimia. De pilón, ya que estamos en carrera, terminar con el desmoche diario para atravesar el centro, por Reforma o nomás aquí cerquita, calculando un par de horas pa’llegar.

Bienvenido el sábado Ciudad de México; adiós, sábado Distrito Federal, ¡ay, ay, ay!