11 julio, 2015

MINIONS

Esos simpáticos personajitos amarillo Simpson son de verdad originales, divertidos y con un potencial enorme cuando de escribirles una historia se trata. En los primeros diez minutos, cuando la película nos presenta los antecedentes, uno se acomoda tranquilo y convencido de que fue un acierto ir a ver la película. Qué buen arranque, justo con las situaciones que esperamos ver a lo largo de los noventa minutos. Llegamos al momento en que se nos plantea el objetivo y la misión: ir en busca de un líder villano a quien servir.

Y luego, ¿qué diablos pasó? ¿Acaso despidieron al guionista original y algún improvisado escribió el resto de la película? Los Minions pierden protagonismo y la trama se vuelca hacia la villana Scarlet. La historia se desvía y nos metemos en un desarrollo por demás aburrido que hunde una cinta que prometía mucho.

La película falla porque el objetivo de los Minions pasa a segundo plano. La premisa de cómo tres Minions encuentran a su nuevo líder queda de lado y ahora nos quieren contar cómo una villana, bastante opaca y sin chiste, intenta robarle la corona a la reina Isabel de Inglaterra. ¿O sea, eso qué? Encima, nos mandan a la Inglaterra de los años sesenta con guiños que nos niños de esta época no entienden.

Los últimos dos minutos también valen la pena. De forma mágica, el director y los escritores se acuerdan de que los Minions son pequeños villanitos en busca de su líder y finalmente, sin que ellos hagan nada, aparece un joven malandrín que ya sabemos que será Mi Villano Favorito, película original y, de lejos, mucho mejor que esta cinta tan mal lograda. Es una lástima, de verdad. Una estrellita ganada por las ocurrencias de los Minions; pero nada más.

@xosemamero

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